¿Qué hacer si los niños tienen mocos?
Actuar a tiempo sobre los mocos de los niños ayuda a prevenir la cirugía de vegetaciones
Los mocos de los niños son una de las consultas más frecuentes de los padres primerizos a los médicos de sus hijos. «A los pediatras deberían llamarnos mocólogos porque, si a algo dedicamos tiempo es a explicar continuamente a los padres el tema del moco», bromea en el vídeo el Dr. Jesús Garrido (Mi Pediatra Online).
El moco es un mecanismo de defensa, como la fiebre, pero, en este caso, se sitúa en las vías respiratorias para capturar los gérmenes y expulsarlos. El problema está en que, a veces, este proceso no se realiza adecuadamente, lo que puede desencadenar «molestias evitables», indica el doctor.
Cuándo evitar el moco
Tal como advierte el pediatra, existen algunos casos en los que el exceso de moco es negativo para la salud del niño:
- DIFICULTAD PARA RESPIRAR. Si un niño tiene tal cantidad de moco que respira mal y no puede descansar de noche, no va a mejorar su capacidad de defensa contra la infección, sino a empeorarla.
- ESTÓMAGO LLENO. El moco está compuesto por azúcar y proteínas. Si el niño tiene tal cantidad de moco que se traga continuamente, acabará con el estómago lleno y sin hambre a la hora de comer.
El «baile» del moco
La clave está en reconocer lo que el Dr. Garrido llama el «baile» del moco. Con esta expresión, se refiere a la sucesión de mocos claros y espesos que alterna el bebé en invierno, época por excelencia de catarros.
- Producir moco claro es la primera respuesta que tiene el sistema defensivo ante los catarros (infecciones que comienzan por la nariz). Tiene una duración normal de entre 3 y 4 días, pero, aunque después desaparece, el niño respira peor que antes de tener la infección. Esto se debe al crecimiento de las vegetaciones.
- Las vegetaciones se sitúan detrás de la nariz y en la parte alta de la garganta. Crecen tras cada infección con el objetivo de prepararse mejor para las siguientes. Sin embargo, llega un momento en que impiden la correcta respiración por la nariz. Además, producen moco espeso que baja hacia la garganta. El niño suele encontrar dificultades para expulsarlo, incluso aunque se le haga un lavado nasal.
Normalmente, las vegetaciones vuelven a su tamaño habitual cuando pasa la infección. El problema en invierno es que es frecuente que el niño coja un nuevo catarro antes de estar plenamente recuperado del anterior. Esto provoca que se repita el proceso de formación de moco claro, crecimiento de las vegetaciones y moco espeso.
La fase de moco espeso puede durar semanas. Esto, combinado, genera un «baile«: 3-4 días de moco claro, semanas de moco espeso; 3-4 días de moco claro, semanas de moco espeso, y así sucesivamente.
Cómo actuar ante los mocos de los niños
En caso de apreciar que los niños no descansan o no comen bien, será necesario actuar sobre los mocos. La decisión sobre qué hacer dependerá de la fase del baile del moco en la que se encuentre el niño, tal como indica el Dr. Garrido:
- Fase de moco claro: los lavados nasales no son del todo útiles porque su efecto no es duradero en el tiempo. Sin embargo, existen fármacos antihistamínicos que reducen la producción de moco claro de forma eficiente. «Seguirá habiendo cantidad suficiente de moco para combatir la infección, pero sin que impida alimentarse o descansar al niño», indica el pediatra.
- Fase del moco espeso: en caso de que el niño no pueda alimentarse o descansar, pueden usarse corticoides nasales, que reducirán el tamaño de las vegetaciones, facilitando que vuelvan antes a su posición habitual.
Cuándo operar las vegetaciones
Las operaciones para eliminar las vegetaciones eran muy frecuentes hace algunos años. Sin embargo, el Dr. Garrido explica que, hoy en día, solo son necesarias si los niños con mocos:
- Desarrollan apnea del sueño.
- Respiran tan mal que su calidad de sueño es pésima.
- Tienen otitis de repetición o bronquitis de repetición.
Eso sí, la prevención es posible: «Si entendemos el ‘baile’ del moco y actuamos sobre él, podemos evitar que el niño necesite entrar en un quirófano», concluye Mi Pediatra Online.
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