Ebastina: cuándo y cómo debemos tomarla
La ebastina es un fármaco que tiene la capacidad de oponerse a los efectos de la histamina, una sustancia que liberan algunas de nuestras células en respuesta a alergenos. La histamina es una de las responsables de los síntomas asociados a las reacciones alérgicas, por lo que la ebastina reduce el enrojecimiento ocular, la congestión nasal y el picor en la piel.
¿Para qué sirve la ebastina?
La ebastina, al igual que otros antihistamínicos, está indicada para el tratamiento de procesos alérgicos. Por ejemplo:
- Rinitis alérgica estacional, conocida como alergia al polen o fiebre del heno
- Rinitis alérgica perenne, relacionada con el polvo o los ácaros
- Conjuntivitis alérgica
- Dermatitis por contacto
¿Cómo debemos tomarla y en qué cantidad y frecuencia?
En las farmacias, se puede encontrar en diferentes formas:
- Comprimidos
- Comprimidos bucodispensables
- Solución oral
- Combinada con otros fármacos descongestionantes nasales, como la pseudoefedrina
En cuanto a la dosis, no es la misma en adultos que en niños:
- En los adultos y adolescentes a partir de 12 años, la dosis a administrar es de 10 a 20 mg diarios.
- En niños de dos a cinco años, se debe administrar 2,5 mg diarios.
- En niños de cinco a 12 años, se tiene que administrar 5 mg diarios.
Por otro lado, la duración del tratamiento debe limitarse al periodo en el que persistan los síntomas.
¿Puede producir algún efecto adverso?
La ebastina es una sustancia que suele tolerarse bastante bien y no tiene limitaciones importantes en su empleo. No obstante, las reacciones adversas más frecuentes son:
- Dolor de cabeza
- Sequedad de boca
- Somnolencia
La dos últimas tienen una intensidad y frecuencia muy inferior a la de otros antihistamínicos clásicos.
Por último, es importante tener en cuenta que, antes de someterse a una prueba de diagnóstico de alergia, se tiene que suspender la toma de ebastina 72 horas antes de la misma.
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