Varicorragia
¿Qué es?
Es el sangrado o hemorragia de una vena varicosa o variz.
Las varices son dilataciones de las venas, normalmente de las piernas, que ocurren aun 10-15% de la población, sobretodo mujeres.
La varicorragia es una de las complicaciones más graves de las varices.
Causas
La varicorragia se produce por la rotura de una variz, que puede ser debido un ligero golpe o traumatismo, a un rascado, etcétera. También se puede romper una variz de forma espontánea, por un aumento de presión en el interior del vaso sanguíneo. Es común en las personas que tiene varices de mucho tiempo de evolución y se localizan en la parte inferior de las piernas de forma superficial y con una capa de piel muy fina que las cubre.
Varicorragia: Síntomas
El síntoma principal de la varicorragia es el sangrado. Las complicaciones de una varicorragia son las mismas que puede tener cualquier hemorragia de origen venoso.
Varicorragia: Diagnóstico
El diagnóstico de una varicorragia es clínico por observación directa del sangrado. Para valorar el estado de una vena en el resto de su recorrido se puede realizar una ecografía-doppler de las piernas.
Varicorragia: Tratamiento
El tratamiento inicial de una varicorragia es el mismo que para una hemorragia que ocurra en las piernas: primero comprimir el punto sangrante para contener la hemorragia, mantener la pierna elevada y aplicar un vendaje que realice una buena compresión sobre la herida. A veces son sangrados abundantes y difíciles de controlar. Si no es posible controlar la hemorragia, se puede aplicar alguna técnica quirúrgica. El tratamiento definitivo es igual que para las varices es la cirugía o el láser.
Varicorragia: Prevención
La prevención de una varicorragia consiste en prevenir la aparición o empeoramiento de las varices:
- Evitar el sobrepeso
- Realizar ejercicio físico de forma regular, como caminar
- Evitar el calzado ni muy alto ni completamente plano
- Evitar ropa ajustada que dificulte el retorno venoso de las piernas
- No permanecer mucho tiempo de pie o sentado o con las piernas cruzadas sin cambiar de posición
- Evitar las temperaturas muy altas
- Mantener la piel bien hidratada, evitar rascarse
- Elevar las piernas algún rato al día, haciéndose masajes en dirección desde el tobillo hacia arriba
- Usar medias de compresión, si el médico las prescribe
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