Sepsis
¿Qué es?
La sepsis es una enfermedad grave, causada por una infección bacteriana que afecta a todo el cuerpo pudiendo llevar a ocasionar un fracaso multiorgánico, llegando incluso a la muerte. Por eso es tan importante hacer un diagnóstico y un tratamiento precoz.
Causas
La causa de la sepsis es una infección originada por una bacteria asociada a una respuesta inmunitaria excesiva. Las sustancias químicas liberadas a la sangre para combatir la infección desencadenan una inflamación generalizada, lo que conduce a la formación de coágulos de sangre y la filtración de vasos sanguíneos. Esto causa un pobre flujo sanguíneo, lo que priva a los órganos de nutrientes y oxígeno. En los casos más serios, uno o más órganos pueden fallar. En el peor de los casos, la presión arterial baja y el corazón se debilita, lo que lleva a un shock séptico. Cualquier persona puede presentar una sepsis, pero el riesgo es mayor en:
- Personas con sistemas inmunitarios debilitados (inmunodeprimidos)
- Bebés y niños
- Personas mayores
- Personas con enfermedades crónicas, como diabetes, SIDA, cáncer y enfermedad renal o hepática
- Personas que sufren de una quemadura severa o trauma físico
Sepsis: Síntomas
Los síntomas típicos de la sepsis son fiebre, escalofríos, respiración rápida y ritmo cardíaco acelerado, sarpullido, confusión y desorientación. Hay tres parámetros muy importantes que indican sepsis, que son:
- El aumento de la frecuencia respiratoria (llamado taquipnea)
- Alteración del nivel de conciencia, definido como una puntuación en la escala de Glasgow ≤ 13
- Tensión arterial sistólica ≤ 100 mmHg.
Sepsis: Tratamiento
El tratamiento de la sepsis debe realizarse en un hospital lo más precozmente posible. Lo fundamental es iniciar la antibioterapia lo antes posible e hidratación de forma intensiva vía intravenosa. Algunos pacientes necesitan también oxígeno, otros tipos de tratamiento, como respiradores mecánicos o diálisis renal. A veces incluso se necesita cirugía para eliminar una infección. Aun así, la sepsis a menudo es potencialmente mortal, sobre todo en personas con un sistema inmunitario debilitado o con una enfermedad prolongada (crónica).
Sepsis: Diagnóstico
El diagnóstico de la sepsis se realiza mediante la clínica con los tres parámetros antes explicados (taquipnea, hipotensión y alteración del estado mental) y mediante un análisis de sangre que demostrará aumento de leucocitos y de neutrófilos, así como de reactantes de fase aguda. También se realizan cultivos de la sangre, la orina o de la piel si hay heridas.
Sepsis: Prevención
El riesgo de sepsis se puede reducir al recibir todas las vacunas recomendadas. En el hospital, el lavado cuidadoso de las manos puede ayudar a prevenir las infecciones que llevan a que se presente sepsis. El retiro oportuno de las sondas vesicales y las vías intravenosas cuando ya no se necesiten también puede ayudar a prevenir infecciones que conducen a la sepsis.
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