Fiebre tifoidea
¿Qué es?
La fiebre tifoidea, también conocida como fiebre entérica, es una enfermedad infecciosa grave producida por la bacteria Salmonella.
Causas
La fiebre tifoidea se debe a los germenes Salmonella typhi o paratyphi. La bacteria entra por vía digestiva en los humanos a través del mecanismo de contagio fecal-oral por alimentos o agua contaminados.
Fiebre tifoidea: Síntomas
La fiebre tifoidea va evolucionando según el tiempo del contagio. Existe un período de incubación de aproximadamente 2 semanas en el que puede haber un estado de malestar generalizado con fiebre, dolor de cabeza, manchas en la piel, úlceras en el paladar, diarrea, inflamación del hígado y el bazo. La enfermedad va evolucionando y se liberan toxinas a partir de la quinta semana y aparecen síntomas más graves que pueden ser mortales, como hemorragias, perforación intestinal o incluso shock.
Fiebre tifoidea: Diagnóstico
El diagnóstico de la fiebre tifoidea pasa por demostrar la presencia de la bacteria Salmonella typhi en un cultivo de sangre. También se recomienda un cultivo de heces y un estudio analítico, donde los leucocitos estarán elevados y las plaquetas descendidas.
Fiebre tifoidea: Tratamiento
El tratamiento de la fiebre tifoidea se basa en el uso de antibióticos frente a Salmonella typhi. Entre los antibióticos empleados para esta enfermedad están: - Ampicilina. - Cloranfenicol. - Cotrimoxazol. - Ciprofloxacino. Además, habrá que reponer el líquido perdido en estos casos y limpiar muy bien los cubiertos con agua y lejía para evitar el contagio de otras personas.
Fiebre tifoidea: Prevención
Para prevenir la fiebre tifoidea será esencial el saneamiento y la higiene. Hay que manipular los alimentos siguiendo una serie de medidas de lavado de manos, utensilios y maquinaria. Además, se aconseja un aislamiento y extremar las medidas de higiene. Existen vacunas que se reservan, sobre todo, para viajeros que van a zonas con altas tasas de infección por fiebre tifoidea.
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