Contractura muscular
¿Qué es?
Una contractura muscular es una contracción continuada e involuntaria del músculo, o algunas de sus fibras, que aparece al realizar un esfuerzo. Esta zona se mantiene dura e hinchada, notando a la palpación un abultamiento, también llamado ‘nudo’.
Una contractura no es una lesión grave, pero sí molesta y puede impedir realizar determinados movimientos con normalidad y sin dolor, por lo que conviene saber identificarlas. Pueden oscilar entre una y dos semanas dependiendo de la gravedad de la misma.
Causas
- Sedentarismo: Las personas que no realizan actividades físicas de manera habitual son más propensas a sufrir una contractura cuando la llevan a cabo, ya que el músculo no está lo suficientemente preparado para llevar a cabo un esfuerzo no habitual.
- Edad avanzada: Las personas de avanzada edad corren riesgo de sufrir una contractura con una mayor probabilidad. Esto se debe a que el proceso de envejecimiento afecta también a los músculos, haciendo que pierdan elasticidad y por lo tanto sean más propensas a sufrir una contractura al realizar un esfuerzo no habitual.
- Estrés: Puede provocar una contractura involuntaria debido a que se está en constante tensión.
- Deporte: Los deportes en los que son más habituales las contracturas son aquellos de impacto (atletismo, baloncesto), de acción balística (lanzamiento de martillo, de jabalina) y de tren inferior (ciclismo, patinaje).
- Deshidratación: Se considera que la falta de agua así como de otros componentes como el magnesio, el potasio, la glucosa o el sodio puede aumentar las posibilidades de sufrir una contractura o un calambre, ya que son elementos que las células musculares necesitan para su correcto funcionamiento. La falta de estos provoca irritación en el músculo, lo que facilita la contractura.
Contractura muscular: Síntomas
Contractura muscular: Diagnóstico
Contractura muscular: Tratamiento
- Miorrelajantes y antiinflamatorios: ciertos fármacos logran relajar la musculatura y reducir la contracción. Se suelen utilizar sobre todo en los casos en los que el dolor es muy acusado. Siempre deben de estar prescritos por un médico
- Calor local: suele ser muy útil al conseguir un efecto relajante y analgésico. Es mejor administrar calor durante un tiempo limitado y más veces al día, que hacerlo de continuo
- Masajes: los masajes deben de darse por personal cualificado, sino la contractura irá a peor. El masaje provocará un aumento del flujo sanguíneo que mejora la recuperación de tejidos y limpieza de metabolitos, además de propiciar una relajación del músculo, reduciendo la tensión y por tanto el dolor
- Los estiramientos y la actividad ligera en el agua son aconsejables tras la fase aguda de la contracción
- Reposo
Contractura muscular: Prevención
- Realizar cambios en la postura cada cierto tiempo.
- Realizar estiramientos cada dos horas durante dos o tres minutos.
- Beber suficiente agua y de forma regular durante todo el día.
- Seguir una dieta equilibrada.
- Evitar el estrés y dormir las horas necesarias de sueño